Efectos del tabaco en la salud
El consumo de tabaco es la principal causa de enfermedad, discapacidad y muerte en el mundo. Cada año mueren más de 5 millones de personas en el mundo a causa del tabaquismo. Se estima que la mitad de los fumadores muere de una enfermedad relacionada al consumo de tabaco y que viven en promedio 10-15 años menos que los no fumadores. En esta sección nos vamos a enfocar en los efectos del consumo en los fumadores. Ya desde principios del siglo XX se hablaba de los efectos adversos del cigarrillo. Hoy en día, ya NO quedan dudas de que el tabaquismo se asocia con alteraciones en todos los órganos y sistemas del cuerpo.
Las principales causas de muerte por consumo de tabaco son:
- enfermedades del corazón,
- cáncer y
- enfermedades respiratorias.
En las mujeres, se suman a estas complicaciones los trastornos de aparato reproductor.
La mayoría de los efectos adversos del tabaquismo son dosis dependientes, es decir que son peores cuanto más se fuma. Sin embargo, usted debe saber que no hay un nivel de consumo “seguro para la salud”. Es importante recordar dos cosas:
- El consumo de tabaco comienza a dañar el organismo NI BIEN se comienza a fumar.
- El consumo de unos pocos cigarrillos por día (1 a 4 cigarrillos) igualmente es dañino para la salud afectando particularmente el riesgo de enfermedad cardiovascular.
Tabaco y enfermedad cardiovascular
Los efectos en la salud cardiovascular aparecen enseguida de empezar a fumar y son también los primeros que se revierten al dejar de fumar. Se estima que, por cada 10 cigarrillos que se fuman por día, el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca aumenta un 18% en hombres y un 31% en mujeres. Los efectos del consumo de tabaco en el sistema cardiovascular incluyen:
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enfermedad coronaria (infarto agudo del miocardio, enfermedad isquémica, angor y muerte súbita)
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accidente cerebrovascular
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enfermedad vascular periférica,
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aneurisma de la aorta abdominal
Los fumadores de 15 cigarrillos por día tienen el doble de riesgo que los no fumadores de tener un infarto y los que fuman más de 25 cigarrillos por día tienen más riesgo. Diversos estudios muestran que fumar cigarrillos light o suaves NO modifica este riesgo. Al año de dejar de fumar el riesgo disminuye a la mitad y a los quince años de haber dejado, el riesgo es similar al de un no fumador.
En cuanto a los accidentes cerebrovasculares, el riesgo también depende de cuánto se fuma. En fumadores de 10 cigarrillos por día el riesgo es el doble y en fumadores de 20 cigarrillos por día es cuatro veces mayor. El riesgo disminuye paulatinamente y se iguala al de un no fumador luego de 10 años de dejar de fumar.
El consumo de tabaco es el principal factor de riesgo para sufrir enfermedad vascular periférica. La asociación es muy alta. Más del 80% de los pacientes con claudicación intermitente típica fuman más de 2 paquetes de cigarrillos por día.
Los fumadores, en especial los hombres, tienen mayor riesgo de sufrir un aneurisma de la aorta abdominal. El riesgo es mayor en los que más fuman.
El tabaquismo es una de las principales causas de enfermedad coronaria en las mujeres. Las mujeres que fuman tienen más riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares que los hombres. De hecho, los cigarrillos "light", bajos en nicotina y alquitrán, más populares entre las mujeres, suelen producir mayores cantidades de monóxido de carbono, un importante factor de riesgo para las enfermedades cardiovasculares. Las mujeres que fuman presentan mayor riesgo de sufrir derrame cerebral sobre todo las mayores de 35 años que fuman y toman anticonceptivos orales.
Tabaco y piel
La piel sufre las consecuencias del tabaquismo, no sólo con enfermedades graves como el cáncer, sino también con aquéllas que afectan su estética generando arrugas prematuras, cabello reseco y piel seca. El tabaco lesiona la piel de todo el cuerpo pero esto es más manifiesto en la cara, porque se suman los efectos de los rayos ultravioletas del sol. El tabaquismo provoca un envejecimiento prematuro en la piel·que es más evidente en las mujeres.
Las arrugas de los fumadores son diferentes de las de los no fumadores: son más estrechas, profundas y con contornos bien marcados. Los fumadores de 40 a 49 años tienen una probabilidad de arrugas idéntica a la de los no fumadores de 60 o 70.
El consumo de tabaco provoca deshidratación de la piel que aparece áspera, quebradiza e inflexible. A esto se suma la poca oxigenación de las células, que hace que el cutis parezca grisáceo y apagado. El cabello también sufre los efectos secantes del monóxido de carbono, pierde luminosidad y se vuelve quebradizo. A su vez se incrementa la porosidad del cabello y éste fija el olor característico a cigarrillo.
Alteración de la cicatrización: El humo del tabaco disminuye la oxigenación de los tejidos afectando la nutrición de la piel. Esto se debe a que la nicotina provoca una disminución de la circulación y el monóxido de carbono compite con el oxígeno por la hemoglobina, disminuyendo la cantidad de oxígeno que llega a los tejidos periféricos. Estudios muestran que los fumadores de un atado por día tienen tres veces más probabilidad de sufrir necrosis de la herida que los no fumadores. Por esto, se recomienda que una semana antes y una después de un acto quirúrgico no se fume.
Cáncer de piel: El tabaco es un importante factor de riesgo para diferentes cánceres. Algunos estudios muestran una relación entre el consumo de tabaco y el carcinoma de células escamosas y melanomas. Los fumadores con diagnóstico de melanoma tienen un peor pronóstico que los no fumadores.